[Actualizada: 2 Septiembre 2025]
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-. Hacer el Cielo en la Tierra .-
El motivo de las encarnaciones es el dar solidez más acá de lo Mental a los Valores de la Divinidad, de Dios. Para eso se nos creó y para eso regresamos tantas veces de lo que consideramos la verdadera Vida cuando estamos como espíritus desencarnados en Colonias “extrafísicas terrestres” u otros mundos.
Si en las Colonias se puede aprender y evolucionar, no adquirimos tales Valores hasta que no los mostramos (demostramos su arraigo en nosotros), materializándolos en lo encarnado, mediante las exigencias de estructuración ordenada de sus elementos (cuerpos orgánicos), a fin de que sirvan para el desarrollo del Discernimiento en las Almas. En otras palabras, hasta que logremos hacer el Cielo en la Tierra, fin de las reiteradas reencarnaciones.
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-. El Poder de la ORACIÓN .-
El Poder de la Oración surge del poder del Pensamiento más el Sentimiento, e invocando intervengan en ella Valores o Energías positivas elevadas. Debe hacerse en pleno recogimiento y actitud silenciosa, apartados sensorial y mentalmente del contexto donde se estuviere, bien concentrados en el contenido de la Oración, mental y emocionalmente. Utilizaremos expresiones “asertivas” en todo cuanto nos sea posible.
Dios no gusta de alabanzas, sino de hechos. Las lisonjas ante Dios son elogios dispersores improcedentes. Lo esencial es Pensar con claridad y Sentir con el Corazón, con posibilidad de incluir en ello a Espíritus elevados.
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-. LA ORACIÓN .-
"En la Oración, la Forma no es nada; el Pensamiento lo es todo, siempre que también tome parte el Corazón".
El objetivo de la Oración es elevar la consciencia de nuestra Alma hacia Dios, y en ello posibilitar nuestra elevación espiritual.
Las Oraciones de todos los cultos son buenas, cuando se dicen con el Corazón y no sólo con la boca o el pensamiento.
Una condición esencial que debe tener la Oración, es que sea inteligible, a fin de que pueda hablar a nuestro Sentir y Pensamiento, y con ello a nuestro Espíritu.
La principal cualidad de la Oración es la claridad, la sencillez y la concisión, sin fraseología inútil ni derroche de adjetivos o calificativos. Cada palabra debe tener su sentido, despertar una idea. ¡Debe poder hacernos reflexionar!
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-. La Oración Dominical .-
La Oración del Padre Nuestro resume todos los deberes del hombre para con Dios, para consigo mismo y para con el prójimo. Lleva implícita una declaración de fe, un acto de adoración y de sumisión, la solicitud de las cosas necesarias para la vida, y el principio de la Caridad.
No obstante, a causa de su brevedad, el profundo sentido encerrado en las escasas palabras que la componen suele pasar inadvertido, generalmente porque se declama sin que el Pensamiento se detenga ante las aplicaciones de cada una de sus partes.
[I. ¡Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea Tu nombre!]
I. ¡Padre Celestial, santificado sea Tu nombre en todo el Universo!
Todo revela Tu poder y Tu bondad, y la armonía del Universo es el testimonio de Tu sabiduría.
[II. ¡Venga a nosotros Tu reino!]
II. ¡Venga a la Tierra Tu Reino!
Sean en la Tierra Tus leyes de Amor y Sabiduría.
[III. ¡Hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo!]
III. ¡Hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo!
Es mi deseo respetar Tu voluntad y someterme a Tus designios divinos.
[IV. ¡El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy!]
IV. ¡Proporcióname el pan preciso de cada día!
Concédeme lo necesario para el alimento del cuerpo, y el alimento espiritual para el desarrollo de mi Espíritu.
[V. ¡Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden!]
V. ¡Perdona mis transgresiones a Tu Ley, así como perdono a quienes pensara me ofendieron!
Cada infracción a tus leyes, Señor, representa una ofensa que te hago y una deuda que contraigo. Ayúdame a saber rectificarlas y compensarlas. Y que sepa perdonar a aquellos que por error crea que me han hecho algún mal, sabiendo que todo lo que me sucede es para mi elevación espiritual.
[VI. ¡No nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal!]
VI. ¡No me dejes caer en la tentación, y líbrame del mal!
Ayúdame a superar las actitudes que pudieran posibilitar Pensamientos o acciones indebidas e influencias de espíritus no deseados.
VII. ¡Así sea!.
Sea tu voluntad, Señor, que nuestros deseos se cumplan, y que seamos merecedores de ellos.
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-. Oración Personal .-
Padre Celestial, te doy gracias por Tu Presencia en mí en cada momento con Tu Aliento Vital, y por cuanto sitúas ante mí cada día para el crecimiento de la Conciencia de mi Alma y la elevación de mi Espíritu.
Padre, todo lo que siento, pienso y hago es para afianzarme en la Conciencia Espiritual del Alma que Somos.
Mi Voluntad está siempre enfocada hacia el acierto de mi conducción por el Bien, la Bondad, la Solidaridad y la Justicia, hacia mí mismo y los demás.
Que mi Entendimiento sea eficaz en los hábitos diarios de Nutrición, Actitudes físicas y Aplicaciones diversas, para fortalecer mi condición orgánica y mental, y la Consciencia de mi Alma.
Está en mi voluntad vivir en Tu Verdad, alejado de los apegos y actitudes de este mundo fuera del Amor.
Hazme percibir, Padre, cualquier posible falta de mí hacia tu Ley de Amor y Sabiduría, para poder rectificar, y aparta de mí todo pensamiento en el que pudiera concebir que alguien me ofendió.
Es mi voluntad ser efectivo en dar a conocer y hacer anhelar en otros tu Reino de Amor y Sabiduría.
Padre Celestial, Tuyo es el Reino, Tuyo es todo Poder, y Tuya es toda Gloria por toda la eternidad, desde antes y después de la Creación del Universo.
Así sea.
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Que la Paz sea en tu Corazón
y la Luz en tu Discernimiento.